AMENAZANTE ROSTRO DE LA INSEGURIDAD EN LIMA Y CALLAO
Los números no mienten. Según el Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público, durante el 2000 se registraron 2.170 infracciones a la ley en Lima Metropolitana y Callao. Esta cifra se elevó a 5.364 en el 2011.
Lo más grave es que al comparar los períodos 2000-2005 y 2006-2011, los delitos de robo, violación sexual, hurto y lesiones evidencian un incremento del 91,2%. En el 2000 hubo solo 19 denuncias contra menores por microcomercialización de droga; en el 2011 la cifra se elevó a 166.
Juan Huambachano, jefe del observatorio, explica que es difícil saber si estas faltas graves fueron ejecutadas por pandilleros, ya que las comisarías solo registran la infracción y no ese tipo de detalles. Sin embargo, se presume que en la mayoría de casos se vieron inmersos muchachos pertenecientes a pandillas juveniles.
Estas agrupaciones conocidas por sus actos vandálicos han orientado su accionar hacia el crimen organizado. Según Huambachano, hay evidencia de pandillas que ahora usan armas de fuego, han incursionado en el tráfico de drogas y son captadas por bandas criminales para cumplir un rol dentro de estas organizaciones, desde ser ‘campanas’ hasta el sicariato. “Estos casos han sido detectados en Trujillo, Lambayeque, Callao, Comas y Barrios Altos. En las tres primeras ciudades, las pandillas participan en el cobro de cupos”, asegura.
Pero esta realidad sería peor. Basta revisar el último estudio del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana (Conasec), el cual revela que existen cerca de 24 mil pandilleros en Lima Metropolitana y Callao. En el 2008 la ONG Ciudad Nuestra afirmó que había 12.128 pandilleros. Merecen mayor atención por parte de las autoridades las que están en Comas (1.872 integrantes), Los Olivos (1.116 miembros). También las de San Martín de Porres, Santa Anita, Ate y el Rímac.
Para Carlos Romero, experto en seguridad ciudadana de la ONG Ciudad Nuestra, hacer un adecuado diagnóstico de estos grupos, definir su alcance y características, así como combinar los distintos tipos de prevención con el control y la sanción podrán frenar la expansión de estos grupos.
ADOPTAN MODELOS
Ejemplo de este problema es el reciente caso del detenido Óscar Barrientos Quiroz, el joven que confesó haber matado a su padre de un balazo en la cabeza, harto de que le recriminara que no era su hijo. Su hermano contó a El Comercio que Óscar se involucró en el pandillaje y las drogas desde los 14 años, debido a la adicción de su padre y los problemas en casa.
Óscar era miembro de Los Maras de Salvatrucha, que opera en la urbanización Las Fresas, en el Callao. La policía lo halló con 28 envoltorios de droga, ya que su banda se dedica al tráfico de drogas y al cobro de cupos en construcción civil, según la Divincri de Bellavista. Además tenía tatuado en el labio la firma de la temida organización criminal Mara Salvatrucha, de origen salvadoreño. Aquello llevó a la policía a presumir que las bandas más peligrosas y sanguinarias de Centroamérica, las denominadas maras, estarían captando simpatizantes en el Callao a través de Internet.
Para el antropólogo Raúl Castro, la tendencia es que los grupos juveniles se alejan de ser simples pandillas para convertirse en organizaciones del crimen. “En ese tránsito adoptan una serie de valores asociados a aquellos que son los líderes globales del crimen, como las maras”, refiere.
En opinión de Jean Shmitz, director del Instituto Latinoamericano de Prácticas Restaurativas, los pandilleros locales pueden estar imitando códigos de las sanguinarias maras para ganar popularidad e infundir miedo a sus rivales. “En Lima conozco a chicos con tatuajes de la Mara Salvatrucha que no han tenido contacto con ellos”.
EN PUNTOS
Una conducta punible cometida por menores de entre 14 y 17 años es considerada en el Código Penal como infracción a la ley penal. Puede ser castigada con el internamiento en un centro juvenil.
Las infracciones se concentran en diez distritos: Cercado de Lima, Callao, San Juan de Lurigancho, Ate, Comas, Villa El Salvador, Villa María del Triunfo, San Juan de Miraflores, La Victoria y San Martín de Porres.
La Defensoría del Pueblo, fiscalía, comisarías y UGEL realizan mesas de trabajo para incidir en la prevención.
AL GRANO
“Las sanciones se deben reformular”
¿A qué se debe este elevado incremento en las infracciones cometidas por menores?
Las cifras desnudan una realidad de fracaso en cuanto a estilos de crianza, el incremento de consumo de drogas, deserción escolar, así como la falta de oportunidades para que los adolescentes y jóvenes puedan emplearse en trabajos legales. Esto va aunado a la falta de atención del estado a la salud mental. Hay muy poca inversión en esa materia y en temas de prevención y tratamiento de drogas y pandillaje.
¿Cómo se debería actuar?
Revisar la parte legal, las sanciones se deben reformular. Que en una década se hayan duplicado las infracciones cometidas por menores evidencia que, so pretexto de que tienen menos de 18 años, muchos incurren en faltas graves porque saben que la ley no será aplicado para ellos. Muchos menores adictos que hemos tratado han incursionado en pandillas y bandas criminales con delincuentes ‘rankeados’.
¿Cuáles son los factores para que un menor incurra en infracciones o el pandillaje?
La asociación entre pandilla y consumo de alcohol y drogas a temprana edad. ello asociado a la disfunción familiar y perfil antisocial.
MILTON ROJAS. PSICÓLOGO DE CEDRO
Diario el Comercio
En el 2000 hubo 2.170 denuncias. Esta cifra se elevó a 5.364 en el 2011. Pandillas juveniles son captadas por bandas para cometer homicidios
Por: Rosa Luz Aquino
Familias disfuncionales, maltrato en el hogar, deserción escolar, malas amistades y el deseo de ganar dinero fácilmente pueden ser algunas de las razones que han llevado a los adolescentes a ingresar a las pandillas e infringir la ley. Es alarmante que en los últimos 11 años la cantidad de delitos cometidos por menores de entre 14 y 17 años se haya duplicado. Los números no mienten. Según el Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público, durante el 2000 se registraron 2.170 infracciones a la ley en Lima Metropolitana y Callao. Esta cifra se elevó a 5.364 en el 2011.
Lo más grave es que al comparar los períodos 2000-2005 y 2006-2011, los delitos de robo, violación sexual, hurto y lesiones evidencian un incremento del 91,2%. En el 2000 hubo solo 19 denuncias contra menores por microcomercialización de droga; en el 2011 la cifra se elevó a 166.
Juan Huambachano, jefe del observatorio, explica que es difícil saber si estas faltas graves fueron ejecutadas por pandilleros, ya que las comisarías solo registran la infracción y no ese tipo de detalles. Sin embargo, se presume que en la mayoría de casos se vieron inmersos muchachos pertenecientes a pandillas juveniles.
Estas agrupaciones conocidas por sus actos vandálicos han orientado su accionar hacia el crimen organizado. Según Huambachano, hay evidencia de pandillas que ahora usan armas de fuego, han incursionado en el tráfico de drogas y son captadas por bandas criminales para cumplir un rol dentro de estas organizaciones, desde ser ‘campanas’ hasta el sicariato. “Estos casos han sido detectados en Trujillo, Lambayeque, Callao, Comas y Barrios Altos. En las tres primeras ciudades, las pandillas participan en el cobro de cupos”, asegura.
Pero esta realidad sería peor. Basta revisar el último estudio del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana (Conasec), el cual revela que existen cerca de 24 mil pandilleros en Lima Metropolitana y Callao. En el 2008 la ONG Ciudad Nuestra afirmó que había 12.128 pandilleros. Merecen mayor atención por parte de las autoridades las que están en Comas (1.872 integrantes), Los Olivos (1.116 miembros). También las de San Martín de Porres, Santa Anita, Ate y el Rímac.
Para Carlos Romero, experto en seguridad ciudadana de la ONG Ciudad Nuestra, hacer un adecuado diagnóstico de estos grupos, definir su alcance y características, así como combinar los distintos tipos de prevención con el control y la sanción podrán frenar la expansión de estos grupos.
ADOPTAN MODELOS
Ejemplo de este problema es el reciente caso del detenido Óscar Barrientos Quiroz, el joven que confesó haber matado a su padre de un balazo en la cabeza, harto de que le recriminara que no era su hijo. Su hermano contó a El Comercio que Óscar se involucró en el pandillaje y las drogas desde los 14 años, debido a la adicción de su padre y los problemas en casa.
Óscar era miembro de Los Maras de Salvatrucha, que opera en la urbanización Las Fresas, en el Callao. La policía lo halló con 28 envoltorios de droga, ya que su banda se dedica al tráfico de drogas y al cobro de cupos en construcción civil, según la Divincri de Bellavista. Además tenía tatuado en el labio la firma de la temida organización criminal Mara Salvatrucha, de origen salvadoreño. Aquello llevó a la policía a presumir que las bandas más peligrosas y sanguinarias de Centroamérica, las denominadas maras, estarían captando simpatizantes en el Callao a través de Internet.
Para el antropólogo Raúl Castro, la tendencia es que los grupos juveniles se alejan de ser simples pandillas para convertirse en organizaciones del crimen. “En ese tránsito adoptan una serie de valores asociados a aquellos que son los líderes globales del crimen, como las maras”, refiere.
En opinión de Jean Shmitz, director del Instituto Latinoamericano de Prácticas Restaurativas, los pandilleros locales pueden estar imitando códigos de las sanguinarias maras para ganar popularidad e infundir miedo a sus rivales. “En Lima conozco a chicos con tatuajes de la Mara Salvatrucha que no han tenido contacto con ellos”.
EN PUNTOS
Una conducta punible cometida por menores de entre 14 y 17 años es considerada en el Código Penal como infracción a la ley penal. Puede ser castigada con el internamiento en un centro juvenil.
Las infracciones se concentran en diez distritos: Cercado de Lima, Callao, San Juan de Lurigancho, Ate, Comas, Villa El Salvador, Villa María del Triunfo, San Juan de Miraflores, La Victoria y San Martín de Porres.
La Defensoría del Pueblo, fiscalía, comisarías y UGEL realizan mesas de trabajo para incidir en la prevención.
AL GRANO
“Las sanciones se deben reformular”
¿A qué se debe este elevado incremento en las infracciones cometidas por menores?
Las cifras desnudan una realidad de fracaso en cuanto a estilos de crianza, el incremento de consumo de drogas, deserción escolar, así como la falta de oportunidades para que los adolescentes y jóvenes puedan emplearse en trabajos legales. Esto va aunado a la falta de atención del estado a la salud mental. Hay muy poca inversión en esa materia y en temas de prevención y tratamiento de drogas y pandillaje.
¿Cómo se debería actuar?
Revisar la parte legal, las sanciones se deben reformular. Que en una década se hayan duplicado las infracciones cometidas por menores evidencia que, so pretexto de que tienen menos de 18 años, muchos incurren en faltas graves porque saben que la ley no será aplicado para ellos. Muchos menores adictos que hemos tratado han incursionado en pandillas y bandas criminales con delincuentes ‘rankeados’.
¿Cuáles son los factores para que un menor incurra en infracciones o el pandillaje?
La asociación entre pandilla y consumo de alcohol y drogas a temprana edad. ello asociado a la disfunción familiar y perfil antisocial.
MILTON ROJAS. PSICÓLOGO DE CEDRO
Diario el Comercio
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